22.11.09

muerto el perro, se acabó la rabia

Será que estoy de vuelta porque otra vez me sentí ahogada.
Será que no aprendí absolutamente nada, será que de vuelta estoy teniendo que poner una etiqueta llamada él que habla del mismo "él" de siempre. Ya ni me parece necesario ponerle de nombre x, creo que alguien que una vez en su vida entró a éste blog ya entiende un poco de qué se trata. Una entrada dice que lo ama, la otra dice que no quiere sufrir más, y la tercera dice que nunca más va a volver a caer en sus redes. En la cuarta se justifica el por qué volvió a enredarse en lo mismo, y en la quinta analiza una estrategia para no volver a equivocarse. En la sexta entrada volvió a caer, pero dice que simplemente se dejó ser, que hizo lo que quiso para pasarla bien en el momento. En la séptima se explica que se dio cuenta de que más allá de pasar un buen momento, se está dejando forrear por un pendejo. Hay más entradas con etiquetas "él", sí. Pero son todas iguales, supongo que entenderán lo que quiero decir.
Hablo un poco en tercera persona, porque cuando él está cerca me desconozco. No soy yo, no soy la misma de siempre. Me saca de mi lugar y me hace hacer cosas que yo normalmente no haría ni por asomo. Me encuentro en una noche creyendo que por fin me liberé de él y que ni influye más en mí, y cuando el sol se encarga de hacerme notar que hice cualquiera y le cuento a alguien la situación, me doy cuenta que estuve disponible para él, dejándole hacer lo que quería conmigo. Que mi voluntad nunca basta para ganarle a la manipulación que tiene en cuánto a mí.
Papá me dijo muchas cosas hoy y tiene razón. La voz de la experiencia es, sin duda, la que hay que escuchar. ¿Voy a seguir dejándome boludear por un gil así? Más allá de todo, lo más importante que hay en todo el mundo soy yo y nadie más. Tengo que hacerme valer, si me pierdo a mí me quedo vacía. No es un pensamientos egoísta para nada, pero si uno no se tiene a sí mismo no puede querer a otros, cuidar a otros, entregarse en cuerpo y alma.
En fin. No sé qué más decir. Tengo una mezcla de pensamientos lamentable. Pensar que cuando llegué estaba hiper contenta con todo, y después de contárselo a mi viejo y de que me haga dar cuenta que soy una dominada de miérda; estoy bastante deprimida. Papá me convenció de que me olvide al cien porciento (como si no me lo hubiera propuesto antes). Me dijo que dejara de ir a los lugares que yo sabía que él iba a estar. Le dije "huyendo de los problemas no se arregla nada". Me quise hacer la rebelde, la revolucionaria, y me dijo algo muy cierto. Con ese pretexto yo busco seguir viéndolo y después tropiezo. "Muerto el perro, se acabó la rabia", me dijo después.

follow me

4 8 15 16 23 42